Investigacion Realizada

Como grupo investigamos en la web ha cerca de las enfermedades mentales y psiquiatria y a continuación mostraremos algunos de los apartados que mas nos llamaron la atención


Muchos pacientes con patologías psiquiátricas no son tratados por “vergüenza a reconocer que las tienen”
La mayoría de los ciudadanos que padecen alguna enfermedad psiquiátrica no acuden al médico ni reciben tratamiento por “vergüenza de reconocer que tienen dicha patología” de cara a la sociedad, según explicó el especialista en psiquiatría del consejo asesor del Observatorio Español de Drogas, José Carlos Fuertes Rocañín, con motivo de la publicación de su último libro ‘¿Qué me pasa, doctor?’, de editorial De Bolsillo.
De este modo, este experto señaló en declaraciones a Europa Press que las enfermedades mentales tienen hoy día una connotación social “muy negativa”, de ahí que todavía existan muchas personas “que se siguen escondiendo de ir al psiquiatra”.
Esto hace que la mayoría de pacientes estén o mal tratados o ni siquiera hayan recibido algún tipo de ayuda “fiable”, ya que van a medicinas paralelas o alternativas con diagnósticos erróneos. ya que el ciudadano confunde y “mal utiliza” muchos términos psiquiátricos, hablándose de esquizofrenia o trastornos de personalidad “con una facilidad pasmosa”.
Así, es normal que haya personas a quienes les dé vergüenza o miedo de reconocer que las tienen”, sobre todo después de que el 40 por ciento de los pacientes que van a un médico de atención primaria presentan problemas psiquiátricos, sobre todo depresiones, ansiedad y trastornos por consumo de sustancias como alcohol u otras drogas.
Existen síntomas como los problemas digestivos o respiratorios, dolores de cabeza que pueden conllevar una depresión, pero si esto se desconoce puede generar “un gasto innecesario de dinero y una pérdida de tiempo que repercute negativamente en la calidad de vida del paciente”, subrayó. Para ello, y dadas las “peculiaridades” de estas enfermedades, se deben destinar más medios humanos y más unidades de hospitalización para que en la atención primaria pueda existir “tiempo material” para tratar al paciente de forma adecuada y elaborar un diagnóstico correcto.



Derechos y protección legal de los enfermos mentales.
Derechos y Protección Legal de los Enfermos Mentales Adoptada por la Asamblea General de la AMP en Atenas, Grecia, 17 de Octubre, 1989.
Las personas que sufren de una enfermedad mental deben gozar de los mismos derechos humanos y libertades básicas que los otros ciudadanos. No deberán estar sujetas a una discriminación por razones de una enfermedad mental.
Los enfermos mentales tienen el derecho de recibir un trato profesional, humano y digno. Deben ser protegidos contra la explotación, el abuso y la degradación, de acuerdo con las normas éticas de la Declaración de Hawai, revisadas y aprobadas por la Asamblea General de la Asociación Mundial de Psiquiatría en Viena, en 1983.
La Asociación Mundial de Psiquiatría se adhiere a los principios generales expuestos en la Declaración de Hawai, que especifica con claridad los requisitos mínimos necesarios para cumplir con las normas éticas de la profesión psiquiátrica. La Declaración de Hawai establece que el objetivo de la psiquiatría es tratar las enfermedades mentales y propiciar la salud mental. Denuncia el abuso de la psiquiatría en todos los aspectos y destaca que el psiquiatra debe servir a los supremos intereses del paciente, de acuerdo con los conocimientos científicos y principios éticos aceptados.
La legislación de protección a la salud debe asegurar un tratamiento adecuado y efectivo para todos los pacientes, incluso para los pacientes psiquiátricos, y proteger sus derechos al tratamiento dentro o fuera de instituciones de un nivel aceptable. No habrá discriminación de los pacientes psiquiátricos en ese sentido. Cuando sea posible, los servicios psiquiátricos se integrarán en el sistema de asistencia social y sanitaria. Todos los pacientes serán tratados y atendidos, en la medida de lo posible, en la comunidad en la cual viven.
En principio, los pacientes psiquiátricos deben ser tratados de acuerdo con las mismas reglas que los otros pacientes, favorecidos por el hecho de que la gran mayoría de aquellos pueden ser tratados de una manera informal y voluntaria, en condiciones ambulatorias, sin hospitalización.
El tratamiento voluntario debe alentarse, y el acceso al mismo no debe administrarse de una manera distinta del acceso al tratamiento de las enfermedades somáticas. Los pacientes que son admitidos a una institución psiquiátrica o solicitan asistencia médica por propia voluntad, deben ser protegidos por las mismas normas éticas y jurídicas que los pacientes que padecen otro tipo de enfermedad.
La intervención compulsiva es una gran infracción a los derechos humanos y a las libertades fundamentales del paciente. Por lo tanto, se necesitan tener criterios y garantías específicos y cuidadosamente definidos para esa intervención. No debe llevarse a cabo la hospitalización o el tratamiento contra la voluntad del paciente, a menos que el paciente sufra de una enfermedad mental grave. La intervención compulsiva debe llevarse a cabo con el principio de la mínima restricción.
El diagnóstico de que una persona está mentalmente enferma se establecerá de acuerdo con los estándares médicos aceptados. Al determinar que una persona padece de una enfermedad mental, el facultativo debe hacerlo de acuerdo con la ciencia médica.
La gravedad de la enfermedad mental y la gravedad del daño que puede ocasionar el paciente a sí mismo o a terceros se determinará de acuerdo con las definiciones de la legislación nacional.
Las dificultades en adaptarse a los valores morales, sociales, políticos u otros, de por sí, no deben considerarse como una enfermedad mental.
La legislación nacional debe proveer directivas con respecto a la clase de personas que están autorizadas a requerir una admisión compulsiva, y qué órganos están autorizados para aplicar la fuerza física que sería necesaria para instrumentar la internación compulsiva.
La decisión final para admitir o retener a un paciente en un establecimiento psiquiátrico, como paciente involuntario, puede ser adoptada solamente por un juzgado o por un órgano independiente y competente, prescripto por la ley, y sólo después de realizadas las audiencias correspondientes.
Los pacientes deben ser informados cabalmente sobre sus derechos y su tratamiento. Tienen el derecho de apelar y de ser escuchados personalmente por el tribunal o el órgano competente.
La necesidad de privación de la libertad será revisada a intervalos fijos y regulares como lo prescriben las leyes nacionales.
Los pacientes que están privados de libertad tendrán el derecho a tener un tutor o asesor para proteger sus intereses.
Los ensayos clínicos y los tratamientos experimentales nunca deben llevarse a cabo en pacientes hospitalizados compulsivamente.
Los pacientes tienen el derecho de recibir el tratamiento y el cuidado correspondientes de acuerdo con las mejores normas existentes. La calidad del tratamiento depende también del ambiente físico, del personal y de los recursos adecuados.
Los pacientes privados de su libertad tendrán el derecho de alternar con otros libremente, derecho restringido solamente en la medida de lo necesario para proteger la salud y la seguridad de ellos mismos y de terceros.
Los principios expuestos en estos artículos se aplicarán lo más ampliamente posible a los delincuentes mentalmente enfermos que son admitidos en una institución psiquiátrica.


El apoyo familiar y la terapia adecuada pueden mejorar sustancialmente el bienestar de los pacientes con enfermedades mentales graves.
La falta de adherencia a la medicación es la principal causa de recaída en pacientes con esquizofrenia, y la adherencia incompleta o parcial constituye una importante barrera para el tratamiento eficaz de la mayor parte de los pacientes con enfermedad bipolar, según una encuesta internacional realizada por Keeping Care Complete.
Los psiquiatras y cuidadores están de acuerdo en que el abandono de la medicación en pacientes con enfermedades mentales graves, como la esquizofrenia, la enfermedad esquizoafectiva y el trastorno bipolar, supone un obstáculo para el éxito del tratamiento, y a menudo lleva a la recaída lo que, por otra parte, “puede tener consecuencias devastadoras para los pacientes y sus cuidadores”. Además, puede provocar el deterioro de la salud mental y física y la situación financiera de la familia que les atiende.
“Este estudio ha demostrado que los psiquiatras siguen considerando que la adherencia a la medicación es un enorme reto”, comenta el presidente del Departamento de Psiquiatría y Psicoterapia de la Universidad de Hamburgo (Alemania), Dieter Naber.
La encuesta, realizada a 697 psiquiatras de Australia, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Portugal, España, Reino Unido y Estados Unidos, muestra que la recaída es la principal preocupación para los médicos, “ya que los pacientes pueden sufrir múltiples recaídas en el transcurso de sus vidas”. Los resultados del estudio se basan además en los datos de otra evaluación realizada a 1.082 cuidadores en 2006.
Al menos el 37% de los cuidadores afirmó que su familiar experimentó 5 recaídas o más desde que le fue diagnosticada la enfermedad, y el 52% de los psiquiatras afirmó que tuvo un paciente con intento de suicidio como resultado de las recaídas.
No obstante, a juicio del Dr. Naber, “todos los pacientes son diferentes, y este es el motivo por el que los psiquiatras deben conocer a sus enfermos, sus conocimientos sobre el tratamiento y sus condiciones sociales, para ayudar a los pacientes a descubrir y permanecer en el plan de tratamiento que les va bien”.
La encuesta demuestra que los pacientes se benefician de más de un solo medicamento, además del apoyo familiar, la terapia hablada, la dieta, el ejercicio y programaciones estables que ayudan a los pacientes a mantenerse en buen estado. Asimismo, se observa que el apoyo familiar y el tratamiento adecuado son claves para el bienestar de los pacientes con enfermedades mentales graves.
De la misma forma, los resultados de ambas encuestas han demostrado que llevar a cabo las tareas diarias sin ayuda, permanecer fuera del hospital, mantener un trabajo permanente, vivir por sí solos y disfrutar de relaciones sociales son algunos de los resultados más positivos que pueden experimentar los pacientes como resultado del éxito en su tratamiento.
“Hay más de 50 millones de personas que presentan enfermedades mentales graves en todo el mundo”, afirma el secretario general y consejero delegado de la World Federation for Mental Health (WFMH), Preston Garrison. “Una consecuencia indirecta de la enfermedad mental grave es que puede tener un impacto negativo en la salud física y emocional de los cuidadores. Este es el motivo por el que es tan importante que los miembros de la familia consigan el apoyo necesario para conseguir una mejor atención para sus seres queridos”, advierte.



El médico general y la psiquiatria

Parece que el incremento de la demanda en Salud Mental, se quiere compensar con dedicación especifica de los medicos de medicina general en atender los trastornos psiquiatricos. Podría ser un error de nefastas consecuencias. No por la dedicación de los médicos generales que ya están desbordados de trabajo. Nos parece solo una medida “económica” para no dotar con especialistas cualificados los centros de Salud Mental ya igualmente desbordados por la demanda. De todas maneras ahí va este artículo, por si convence a alguien.
Los médicos de Atención Primaria en España desconocen cómo tratar los problemas de Salud Mental.
Fuente Europa Psress
Los médicos de Atención Primaria en España desconocen cómo tratar los problemas de Salud Mental, según el estudio ‘Diagnósticos y Prescripciones en Salud Mental, Atención Primaria e Incapacidad Laboral Temporal’, financiado por la Secretaría de Estado de la Seguridad Social, dependiente del Ministerio de Trabajo.
Así, el informe, realizado por el psicólogo clínico, jurídico y forense Santiago Mario Araña Suárez, muestra la situación de la Salud Mental en el Sistema Nacional de Salud (SNS) teniendo en cuenta los datos de siete comunidades autónomas: Andalucía, Canarias, Castilla-La Mancha, Cataluña, Galicia, Murcia, Valencia, que, en definitiva, representan casi el 80% de la atención total española.
El documento, que ya se encuentra en manos de la Secretaria de Estado de la Seguridad Social y del director general de la Seguridad Social, refleja déficits pronunciados a la hora de diagnosticar y tratar enfermedades mentales en los médicos de Atención Primaria y en todas las comunidades autónomas.
Dentro del informe se puede observar que gran parte de los médicos toman como referencia, “y de forma contraria a la patología médica”, un sólo síntoma para conocer la patología del paciente. Como consecuencia, se produce una confusión generalizada en los diagnósticos y los tratamientos, lo que podría significar que un alto porcentaje de la población con trastornos de tipo mental está mal diagnosticada.
El informe destaca el caso de Cataluña, donde casi la totalidad de los médicos de primaria confirma efectuar su prescripción a partir del síntoma principal. Teniendo en cuenta que el diagnóstico en estos pacientes es de gran complejidad, a juicio de los investigadores que han realizado este estudio “refleja una visión muy reducida de la sintomatología, y supone un riesgo potencial para la salud del afectado y la cronificación de sus síntomas”.
Por otra parte, el estudio muestra que hay una gran parte de la población que no tiene patología alguna y están recibiendo tratamiento con psicofármacos, lo que, además del gasto sanitario, aumenta la formación de problemas relacionados con la salud mental; o, por el contrario, están bien diagnosticados pero podrían no estar recibiendo el tratamiento más efectivo, bien por el medicamento recetado, bien por el tiempo de intervención del proceso.
Asimismo, ninguna comunidad refleja reconocer con claridad el papel de la historia biográfica en la presentación del cuadro sintomatológico. Sin embargo, la historia biográfica está presente en múltiples manifestaciones sintomatológicas físicas, como en asma, obesidad y algunas otras enfermedades, incluso crónicas. En este sentido, más del 40% de los doctores encuestados negaron esta relación.
En cuanto a la seguridad que el medico de Atención Primaria tiene sobre su diagnóstico, la encuesta que acompaña al informe demuestra que es generalizada (46%) en todas las comunidades la opinión sobre la alta confusión en los diagnósticos, excepto en Cataluña donde el 83% de los encuestados afirmó estar seguro. Sin embargo, más del 70% de la muestra afirmó la dificultad que presenta la Salud Mental a niveles asistenciales.
“Las consecuencias de este dato detectado pueden traducirse en una asignación etiológica errónea a un mismo o distinto síntoma presentado como queja principal por un paciente que, no sólo a nivel asistencial sanitario sino a la hora de prescribir Baja Laboral, pueda ser determinante para la duración de la baja y para la asignación de un diagnóstico y selección del tratamiento, afectando a la evolución terapéutica del sujeto, o su empeoramiento”, señala el informe.
Debido a estas carencias, para el panel de expertos que ha realizado este informe, entre los que figuran los doctores Cesar Borobia, de la Escuela Nacional de Medicina del Trabajo de Madrid; Francisco Javier Martínez López, de la Sociedad Científica ACAPI-PSICONDEC, y José Manuel Mayán Santos, catedrático de Universidad de Santiago de Compostela, la Salud Mental se está convirtiendo en una de las patológicas con procesos médicos más largos y costosos para el SNS.
En este sentido, recuerda que “el diagnóstico correcto y la valoración de los efectos indeseables son una parte esencial de la estrategia terapéutica”. Asimismo, señala que la decisión de suspenderse el tratamiento de mantenimiento ha de planificarse siempre de forma cuidadosa y efectuarse de forma progresiva.
En cuanto al tratamiento, destaca uso del placebo que en Cataluña un 78% afirma utilizarlo con frecuencia y ser una estrategia consolidada, seguido de Andalucía (48 %). El resto, excepto Canarias (13%), muestra porcentajes en torno al 20% en el uso del placebo. Su utilidad, sin embargo, y principalmente en Salud Mental, presenta una controversia notable, sobre todo por sus altos riesgos, actuando en muchas ocasiones como “un robustecedor de la cronicidad de los síntomas”, advierten.
Asimismo, en cuanto a si el tiempo y empatía son suficientes para la mejoría real de la mayoría de los problemas de Salud Mental, la mayoría se mostró a favor de esta opción. Sin embargo, el transcurso del tiempo es un factor muchas veces disparador de otra sintomatología distinta, o cronificador del conjunto psicopatológico.
A juicio de los expertos, para minimizar los falsos positivos y el sobrediagnóstico, debe producirse un cambio en el modelo asistencial, ya que “esta deficiencia de base se arrastra no sólo desde la formación médica básica -pero incompleta respecto a Salud Mental-, sino que es un déficit a nivel normativo, no totalmente superado”, advierte el informe.
Por tanto, la formación que reciben los médicos de Atención Primaria “es otro factor que no logra mejorar los rendimientos en el diagnóstico, ni facilitan una correcta coordinación con el especialista en Salud Mental”.
En este sentido, el informe avala la necesidad de efectuar “cambios inmediatos” en los Centros de Atención Primaria para optimizar este funcionamiento actual, donde el Médico de Atención Primaria necesita compensar su cualificación con formación en Terapia de Conducta y Psicofarmacología, compartiendo su nivel de intervención, de forma interdisciplinar con otros profesionales: psiquiatras con formación complementaria en Terapia de Conducta, psicólogos cualificados con formación en Clínica, Terapia de Conducta y Farmacología.


La vida, el vivir, no es siempre fácil. Hay momentos en los que nos podemos considerar felices, contentos, confiados y relajados,
Pero en ocasiones nos parece que todo va mal, estamos nerviosos, inquietos, desconfiados, preocupados y tristes, teniendo la impresión de vivir en un mundo extraño, difícil de entender o en el que nadie nos comprende.
A menudo, al hablar de estos sentimientos con los amigos, compañeros o con conocidos que nos inspiran respeto y confianza, con familiares y personas que queremos, ya tenemos bastante para superar estos momentos difíciles.
Pero a veces, los problemas nos superan a pesar de nuestro esfuerzo y la ayuda de nuestros amigos.
Si esto te pasa a ti, no dejes de pedir ayuda profesional, como la pedirías para arreglar cualquier electrodoméstico que se estropea: puede aliviarte las causas de largos periodos de ansiedad, la depresión, los miedos y otros problemas emocionales.
Cualquier persona, sin tener nada que ver la edad, el sexo, la cultura ni la situación económica o social, puede desarrollar un problema emocional.
La magnitud del problema
Posiblemente, una de cada cinco personas, padece un trastorno mental que lo ha llevado a un estado de incapacidad, que le interfiere el trabajo, el rendimiento escolar, la relación familiar o su vida cotidiana.
  • De cada 100 personas que van al médico de cabecera o de familia, un cuarta parte (25%) sufre algún tipo de trastorno mental.
  • Muchos niños y niñas menores de 18 años, padecen trastornos mentales tales como depresión, hiperactividad o autismo.
  • Los trastornos de la alimentación ( anoréxia y bulímia) afectan cada vez a más jóvenes.
  • La depresión es posible que afecte a 2 de cada 10 personas (20%), y otro 20% puede estar afectado por la ansiedad o sufrir crisis de angustia que interfieren el desarrollo normal de su vida.
  • Una de cada 100 personas padece esquizofrénia la más grave y enigmática de las enfermedades mentales.
  • El abuso y la dependencia a las drogas y al alcohol afecta a miles de personas, incluidos niños y adolescentes.
  • Una cuarta parte de las personas de edad avanzada, que son considerados como “seniles” padecen en realidad, alguna forma de enfermedad mental, que puede ser tratada con éxito.
YA ES HORA QUE EL PADECER DE LOS NERVIOS DEJE DE SER ALGO VERGONZOSO, PROPIO DE PERSONAS DEBILES Y SIN PERSONALIDAD, Y QUE LA ENFERMEDAD MENTAL DEJE DE SER CONSIDERADA COMO UN ESTIGMA QUE CONVIENE OCULTAR.
Conviene saber que las enfermedades mentales, como cualquier otra enfermedad, tienen casi todas su tratamiento con el que a menudo pueden llegar a curarse.
Los Psiquiatras son los médicos especializados en el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades mentales. A menudo es precisa la colaboración de otras personas especializadas como son principalmente los Psicólogos Clínicos.
Debe evitarse el recurrir a personas no cualificadas, ya que la Psiquiatría es una rama de la medicina y es preciso tener los conocimientos científicos puestos al día, para poder responsabilizarse del diagnóstico y del tratamiento.
La sociedad actual, con sus problemas de para laboral, de desintegración familiar, de exaltación de la violencia, etc. parece que favorece la aparición de algunos trastornos mentales. Así pues, en ocasiones, será necesaria la colaboración de los Centros de Atención Social o de los Trabajadores o Trabajadoras Sociales.